Ya llevaba bastantes meses dándole vueltas, y dado que he empezado a vivir solo, finalmente me decidí, me compre un Apple Cinema Display de 23″. Una pantalla de 1920×1200 puntos, con un hub usb de dos puertos, y otro hub firewire de otros dos puertos.
Curiosamente, todos los productos que me llegaron de Apple hasta el momento, venían dentro de una segunda caja de cartón que ocultaba lo que contenía dentro. En esta ocasión vino sin ese embalaje, así que todo el mundo de mi trabajo supo en lo que me estaba gastante la pasta últimamente. No es que me importase mucho, a fin de cuentas, lo estoy publicando en este blog.
El monitor venía protegido por moldes de corcho blanco, lo habitual en todo producto electrónico. En la cubierta superior viene una cajita con el manual de instrucciones, garantía y un trapo para limpiar la pantalla.
Después de quitar la primera capa de corcho blanco ya podemos ver el monitor. Debajo del mismo viene el cable de alimentación y el transformador eléctrico, que es externo.
Y aquí está todo el contenido del paquete, un Cinema Display de 23″. Un cable de alimentación, un transformador eléctrico de 90W, la caja con las instrucciones, garantía y trapo de limpieza (el mando a distancia es del iPod Hi-Fi que se puede ver en la esquina de la foto).
El monitor en sí viene bien protegido. Por un lado el papel este que parece casi una telilla cubriendo toda la pantalla, tanto por delante como por detrás. la parte inferior del soporte venía con un plástico pegado, supongo que para no rayar la pantalla en caso de que sea expuesta. También tenía un pequeño plástico tapando la manzana del frontal, para que este brillante en el momento del desembalaje.
Como es habitual en esta gana de monitores de Apple, solamente tienen un único cable. Por el mismo viajan la toma de alimentación (que se conecta al transformador externo), la conexión DVI (punto a tener en cuenta si lo queremos usar con un PC, los de sobremesa de hoy en día traen una casi todos, pero los portátiles PC es más raro… aunque se está poniendo cada vez más de moda), la conexión del hub usb y la conexión del hub firewire. Yo tenía la esperanza de que este sistema me ayudase a reducir algo el lío de cables de mi escritorio… ayudar ayudó, pero entre disco duro externo, cable óptico de audio, hub usb (con forma de TARDIS) y demás, el lío lo sigo manteniendo.
La conexiones extra USB y Firewire, se encuentran en la parte posterior de la pantalla, lo cual a pesar de ser un poco coñazo si queremos conectar un Pendrive o similar, ayuda a ocultar los cables de otras cosas que conectemos. La ranura debajo del cable que se puede observar en la foto, es para poder usar un candado tipo kensington en caso del que monitor estuviese en un sitio público, donde pudiese ser robado.
Y esta es la configuración final de mi escritorio. Podéis ver mi Nokia N95, mi Macbook Pro, mi nuevo monitor Apple Cinema Display de 23″, el teclado inalámbrico bluetooth, el mighty mouse bluetooth, mi hub usb con forma de TARDIS, el disco duro LaCie de 250GB (si, ya se que es una capacidad algo excasa para hoy en día, pero me funciona muy bien), una lámpara, y mi iPod Hi-Fi con mi iPod sobre él. Si pincháis, la podréis ver con etiquetas sobre cada una de estas cosas.
Lo que más agradece esta pantalla actualmente es mi cuello, hace que lo tenga perfectamente recto y no tenga que inclinarlo como cuando se trabaja directamente con el portátil. Por otro lado, y teniendo en cuenta mi tendencia a tener 30000 ventanas abiertas, se agradece la gran resolución para trabajar más cómodamente. Aunque todavía, por trabajo y otros compromisos, no la he podido aprovechar al máximo.