Sobre la música y sus debates

por davidgp el 13/02/2006

Enríque Dans constesta una carta que un músico le ha envíado sobre un artículo suyo trantando la industria musical actual

El proceso de crear copias no genera valor alguno. Por el hecho de que yo haga una copia digital de tu música, tú no tienes que trabajar ni un segundo más, ni te despeinas, ni sudas lo más mínimo. ¿Por qué vas a cobrar, entonces? Se cobra cuando se trabaja: me parece genial que cobres cuando cantas, pero no cuando alguien le da a un botón y, sin que tú te enteres, surge otra copia. Eso, como mucho, será una manera de promocionarte, parte de tu canal para dar a conocer tu música, nada más (y nada menos). Si no quieres que tu música se copie, no la produzcas, o guárdala en una caja fuerte y no se la dejes ver a nadie. Pero si tu modelo de negocio consiste en impedir el acceso de otros a unos bits, olvídalo: los bits son libres. Sí, ya sé que ese mundo que la industria se montó para cobrar por copia estaba francamente bien. Lamentablemente, una vez que lo desligas del soporte, ya no funciona así: un arquitecto no cobra cada vez que alguien fotocopia su plano, ni yo cobro cuando alguien reproduce una grabación de mi clase (que me puede haber costado más esfuerzo preparar que muchas canciones que se me vienen a la cabeza). A todos nos gustaría que alguien grabase nuestro trabajo y cobrar cada vez que alguien le da a un botón, pero vosotros sois los únicos que pretendéis hacerlo seriamente.

[…]

La música no desaparecerá, no te preocupes. La música estaba en el mundo mucho antes de que la industria se inventase ese modelo de negocio que hoy en día está ya muerto, o sobrevive únicamente gracias a la presión de los lobbies sobre unos políticos ignorantes. Este modelo del cobro por copia únicamente tuvo sentido mientras fue necesaria una industria para «meter al genio en la botella», para ser capaz de crear copias que se pudiesen reproducir cuando el artista no estaba tocando o cantando. Superada esa época, es como cuando había aguadores y éstos se quedaron sin trabajo por culpa del desarrollo de las cañerías, o cuando los monjes se quedaron sin trabajo como fabricantes de libros por culpa de ese tal Gutenberg. La vida es dura, los negocios cambian, y cuando lo hacen hay que saberlo reconocer.

Texto completo: El Blog de Enríque Dans: Sobre la música y sus debates

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