Despertando…

por davidgp el 03/04/2005

Estaba uno tranquilamente dormido en cama, a eso de las 8:00 de esta mañana de domingo. Mi cerebro ya empezando a despertarse puesto que me quería levantar temprano para ver los segundos entrenamientos cronometrados de la Formula 1. Llaman al telefonillo de los portales, al principio pienso que es parte de mi sueño, vuelven a llamar, en ese momento pienso, mi padre se ha vuelto a olvidar las llaves en casa cuando se marchó al trabajo, me levanto, durante dicho proceso recuerdo que hoy es domingo y que esos ronquidos que oigo son los de mi padre, algo no encaja. Es ese momento es cuando pienso que realmente es un puñetero gracioso que no tiene mejores cosas que hacer que andar llamando a los telefonillos un puñetero domingo por la mañana, ya nos había pasado otras veces.

Ya que estaba despierto decido investigar un poco más el asunto. Cojo el telefonillo de abrir el portal y escuchó a una persona hablando con el que parece ser nuestro presidente de la comunidad de vecinos, esta persona se identifica de la siguiente forma: – Hola, somos la policía y estamos con una dotación de bomberos, por favor, ¿podría bajar con las llaves de la sala de contadores eléctricos del edificio?

Parecía que no era un gracioso después de todo, para asegurarme más miro por la ventana y, efectivamente, había dos camiones de bomberos junto a un coche de policía, en ese momento cerebro empieza a pensar: ¿Por qué no sería un gracioso?

Procedo a levantar a toda mi familia, cojo una copia de la llave de la sala de contadores de mi edificio, y empiezo a bajar las escaleras, siete pisos de nada, pero ya sabes lo que dicen, no se debe usar el ascensor en caso de incendio. El pasillo huele a humo, pero no el típico humo de madera quemada, distinto, pero no lo consigo asociar a nada. Mi bajada es muy tranquila, no hay vecinos por el pasillo, vamos, si esto vuelve a pasar, ardemos todos. Llegó al bajo del edificio donde me encuentro dos agentes de la policía y dos bomberos. Me comentan que no es nada grave, sencillamente que algo debía de haberse quemado en la habitación de contadores, pero nada serio.

Después de unos minutos, sale un tercer bombero de la sala diciendo que un contador de la luz había ardido y que el humo que había provocado era el plástico quemado del mismo. Plástico quemado, ese era el olor que mi cerebro estaba intentando asociar hace un rato.

Después de ayudar a los bomberos a abrir todas las ventanas que el edificio tiene en los diversos pasillos para ventilar el pestazo y restos de humo, me vuelvo a casa, la alarma ya había pasado. Los bomberos y policía se van al poco rato, mientras alguien debe estar despertando a un electricista para que venga a mirar nuestro contador quemado…

Ya casi son las nueve de la mañana, yo me voy a desayunar y después a ver la Fórmula 1…

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